OpenAI pide mayor inversión pública en infraestructura de IA
OpenAI está en el ojo del huracán luego de que publicara una carta a la Casa Blanca, donde comparte sus planes de expansión en infraestructura de inteligencia artificial. En esta misiva, escrita por Chris Lehane, director de Asuntos Globales de la empresa, se dirige a Michael Kratsios, quien está al frente de la Oficina de Política Científica y Tecnológica. La carta propone una serie de medidas para reducir costos de inversión y acelerar el desarrollo de centros de datos especializados.
Según un análisis de OpenAI, una inversión inicial de un billón de dólares en infraestructura de IA podría resultar en un crecimiento de más del 5% del PBI estadounidense en apenas tres años. Esto es un dato interesante que puede cambiar la forma en que se ve esta tecnología en el futuro.
OpenAI busca colaboración del gobierno para el desarrollo de infraestructura IA
En la carta, OpenAI sugiere que el gobierno estadounidense amplíe el Crédito de Inversión en Fabricación Avanzada (AMIC). Actualmente, este beneficio está restringido al sector de semiconductores, pero la empresa propone incluir también componentes de redes eléctricas, servidores y centros de datos de IA. Este incentivo, que forma parte de la Ley CHIP, ofrece un crédito fiscal del 35% para inversiones elegibles.
Lehane argumenta que ampliar la cobertura del AMIC no solo reduciría los costos de capital, sino que también podría alentar las inversiones privadas, ayudando a desatascar el desarrollo de la inteligencia artificial en el país.
La misiva también incluye una solicitud para agilizar los procesos de permisos ambientales y de construcción para proyectos tecnológicos, además de crear una reserva estratégica de materiales críticos como cobre, aluminio y minerales de tierras raras, esenciales para los centros de datos.
Un tema sensible en este contexto es la competencia creciente en la industria de la IA. OpenAI menciona que China está avanzando rápidamente en este sector. El país comenzó a desarrollar su capacidad energética como parte de su estrategia para liderar la industria de la IA mundial para 2030. En 2024, China añadió 429 gigavatios de nueva capacidad, que supera a un tercio de toda la capacidad eléctrica de Estados Unidos.
La carta, que fue publicada el 27 de octubre, comenzó a generar revuelo cuando ejecutivos de OpenAI hicieron declaraciones controvertidas en un evento del Wall Street Journal. La directora financiera Sarah Friar mencionó que el gobierno debería “respaldar” los préstamos de infraestructura de OpenAI. Posteriormente, intentó aclarar que la empresa no buscaba respaldo gubernamental para sus proyectos, indicando que su comentario había sido malinterpretado.
El CEO de OpenAI, Sam Altman, también salió a reafirmar esta aclaración. En redes sociales, destacó que no desean garantías del gobierno y que los contribuyentes no deberían rescatar a empresas que toman malas decisiones comerciales. Él ve lógico que el gobierno quiera ayudar a garantizar una cadena de suministro nacional, pero puso énfasis en que esto es muy distinto a dar préstamos a su empresa.
Altman proyecta que OpenAI cerrará 2025 con ingresos superiores a 20 mil millones de dólares y ha mencionado futuros compromisos de inversión de 1,4 billón de dólares en los próximos ocho años. Esto demuestra la magnitud de los planes de expansión de OpenAI.
El episodio volvió a abrir el debate sobre el papel del Estado en la infraestructura tecnológica estratégica, especialmente cuando OpenAI busca consolidarse como una potencia en la industria no solo en EE. UU., sino también a nivel mundial. Durante este proceso, es fundamental monitorear cómo los gobiernos pueden o deben intervenir en este ámbito, ya que el futuro de la inteligencia artificial tiene el potencial de cambiar la dinámica mundial.